lunes, 12 de septiembre de 2011

Preguntas de la lectura "Mundo Americano"


¿Qué significó Sevilla para el sistema español atlántico en los siglos XVI y XVII?
Sevilla significo tanto por
 PREGUNTAS DE EL " MUNDO AMERICANO" DE ELLIOTT, J. H
¿Qué se entiende por sistema español atlántico? 
La Sevilla de principios del siglo XVII era una de las mayores ciudades del mundo occidental, una ciudad de unos 150.000 habitantes, frente a 70.000 cien años antes. Gracias a su posición monopolística como único puerto ibérico para el comercio con las  Indias, se convirtió en el centro del llamado sistema español atlántico. 

*
Una cuencia directa de las demandas económicas del imperio.
Sevilla era su capital comercial. 


¿Por qué eran apreciadas las Indias?
Obviamente el oro y la plata de las Indias significaron una riqueza inesperada para España, aunque se podría aducir que mucha de esta riqueza inesperada fue derrochada sin beneficio. 
Cabe añadir que las familias aristocráticas en situación difícil podían soñar con recuperar sus fortunas gracias a los ingresos obtenidos en las Indias; de aquí la competencia entre los grandes de Castilla por los virreinatos americanos.

¿Qué productos encontraron en ellas y de qué lugares provenían exactamente?
Las Indias eran apreciadas, desarrolladas y explotadas en primer lugar como una fuente de mercancías altamente valoradas y poco disponibles en Europa: perlas, obtenidas de las aguas que rodean las costas de Venezuela, tintes, esmeraldas y, lo más importante de todo, oro y plata.

¿Para qué necesitaba el dinero el rey?
El rey de España la  necesitaba para hacer frente a sus gastos (especialmente a aquellos gastos contraídos en la guerra) y la comunidad mercantil europea la necesitaba para dar liquidez a sus transacciones y para proporcionar medios de pago para los artículos de lujo de la India y de Oriente.
  
Describe el mecanismo para llevar y traer mercancías en el sistema atlántico.

Antes que nada organizar el calendario para saber cuándo partir. La norma era que las dos flotas se encontraran en la Habana y que comenzaran el regreso con sus preciosos cargamentos a principios del verano, antes de la llegada de la temporada de los huracanes. Para hacer esto, la flota mexicana tenía que abandonar Veracruz en febrero, cargada con plata, cochinilla y otros productos de México y hacer un viaje de tres o cuatro semanas con los alisios hasta la Habana. La flota del istmo, los galeones, tenía un cometido mucho más difícil, puesto que tenía que recoger, mientras se dirigían a la Habana, la plata que venía de las minas peruanas. Por tanto su viaje tenía que estar sincronizado con el transporte de plata entre las minas de Potosí y Panamá16. Esto dependía, en última instancia, de las lluvias en Bolivia. Si las lluvias venían tarde, no había caudal suficiente para que los molinos prepararan la mena y no se podía convertir la plata en lingotes. Desde el punto de vista del viaje de vuelta de las flotas, la plata peruana debía estar en Panamá en marzo con vistas a llegar a la Habana antes del comienzo de la estación de los huracanes. Pero la lluvia se retrasaba tanto normalmente en el altiplano boliviano, que la plata tan sólo llegaba a Panamá en mayo. Una vez que caía la lluvia y se acuñaba la plata, una gran reata de llamas la bajaba desde las montañas en un viaje que duraba quince días desde Potosí hasta Arica. En el puerto de Arica la plata era cargada en barcos y viajaba durante ocho días hasta Callao, el puerto de Lima. Allí era transportada a tres o cuatro navíos especiales y viajaba 

Veinte días hasta alcanzar Panamá. Al llegar a Panamá era descargada de los barcos y colocada a lomos de mulas que empleaban cuatro días en cruzar el istmo, hasta Nombre de Dios, donde los galeones estaban esperando para cargar la plata. Entonces navegaban hasta la Habana y se reunían con la flota mexicana; con suerte, ambas flotas estaban de vuelta en Sevilla hacia finales del verano o principios de otoño. Este era, en resumen, el mecanismo del comercio de Sevilla, caro e incómodo, pero absolutamente eficaz, que, con tan sólo dos o tres excepciones, aseguró las idas y venidas de las flotas a lo largo del Atlántico durante doscientos años

No hay comentarios:

Publicar un comentario